Capitulo 1
Mis inicios con APROSOJA
Me gustaría contar mis inicios en APROSOJA, quizá algunos no lo sepan, pero para quien me conoce de aquella época le sonará esta historia. La primera vez que fui a la asociación, fue con mi padre en 1989, tenía 10 años, conocí a Lolo, era una fría tarde de otoño, recuerdo que pasé por el salón en la antigua sede de la calle Reyes Católicos y había algunos sordos sentados y signando entre ellos. Lolo intentaba convencerme de que me hiciera socio, lógicamente era muy tímido y no conocía el mundo de las personas sordas, mi vida siempre estuvo ligada a los oyentes, eso si, tenía un primo con el cual aprendí alguna mímica para entenderme con él.
También como referencia conocí a María Maroto allá por 1998 trabajaba en el equipo SILPES en las Acciones OPEA, es como yo una persona hipoacúsica, una persona importante para mí en la asociación y en mi vida, pues desde la modestia y con todo su corazón me ayuda mucho y eso es algo que se agradece en vida. Pues bien, tuvieron que pasar 11 años, desde que fui por primera vez con mi padre, para que me llamara una tal Esther, para un trabajo de repartidor de Páginas Blancas, donde tenía una compañera hipoacúsica, una chica sorda profunda y un compañero hipoacúsico, fue una experiencia enriquecedora donde íbamos por los pueblos de la provincia de Jaén, pero todo duró un mes.
Dos años después, todo empezó a principios de marzo de 2002, con una llamada del Centro Base de Orientación y Valoración, estaban haciendo un sondeo de personas sordas en la provincia de Jaén, ya que en la asociación iban a organizar un curso de FPO de Jardinería. Me llamaron, yo trabajaba en Carrefour de Cajero por aquel entonces, cuando me dijeron que era con personas sordas, yo me preguntaba a mí mismo claro, ¿Cómo me comunico con ellas? ¿Podré hacer curso y trabajo? Estaba ante mí la posibilidad de afrontar un nuevo camino en mi vida.
Total, que me decidí y me eché adelante, aunque estuviera trabajando y dije que si por teléfono. Quería cambiar un poco el hábito de estar con personas oyentes, aunque me llevaba genial con ellos porque soy muy selectivo para elegir amistades, pero quería probar cosas nuevas en mi vida. Así que pasaba del mono de jardinero al traje de cajero, toda una experiencia que nunca olvidaré en mi vida por todo lo que me ha aportado.
La sesión informativa fue en APROSOJA, donde pude conocer personas sordas y saludarlas no conocía la Lengua de Signos, solo hacía mímica. El curso dio comienzo el 18 de marzo de 2002, lo organizo la desaparecida Federación Andaluza de Asociaciones de Sordas (FAAS) en colaboración con la asociación y se impartió en el Club de Campo “Calvo Sotelo” de Jaén, contó con una duración de 530 horas. El monitor se llamaba Emilio Torres (actual alcalde de Martos) y la intérprete de LSE, Mari Carmen.
Tenía un compañero que se llamaba Fran, que al igual que yo era hipoacúsico, hablaba y siempre estaba con él, para mí por aquel entonces era como una forma de desahogo tener un contacto así y otro hipoacúsico que se llamaba Javi, pero poco a poco sin darme cuenta empezó a entrar en mis conocimientos la LSE y empecé a interesarme por el dactilológico y algunos signos. Mis propios compañeros veían en mi que día a día progresaba con la LSE y para lo poco que llevaba aprendiéndola me manejaba con soltura. Recuerdo empecé a relacionarme con sordos profundos Germán, Jesús Pablo, Antonia, Ernesto, Antonio, Juan Manuel (sordociego) y Paco. Pasaron los días y compartimos muchas anécdotas alegrías como conocimientos de Jardinería, aunque el curso llegó a su fin el 31 de julio.
Recuerdo que mis compañeros todos me echaron de menos, porque se lo pasaron muy bien conmigo y me animaron a ir a la asociación y hacerme socio, yo les dije que sí, que esperaran a septiembre, y cuando mi trabajo me diera un hueco me haría socio. Dicho y hecho el 2 de septiembre de 2002 me di de alta. Se que el hecho de estar en una asociación de personas sordas es importante. Comprendo que ellos no son culpables de la mala educación que no les supo dar la sociedad, que por una razón un otra están exentos de poder oír igual que los demás. Pero por encima de todo son personas que sienten y padecen como nosotros e incluso yo diría que con más memoria y capacidad que algunos oyentes, son personas que siempre intentan lo mejor para sus amigos.
Información recopilada y redactada por Fran sordociego
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